viernes, 20 de marzo de 2015

Las renuncias de las Madres

Como mujeres muchas veces renunciamos a cosas, actividades, estatus sociales, metas y sueños personales por permitirnos vivir y disfrutar de una de las facetas que nos caracterizan por nuestro género:  La Maternidad

Es tan lindo y maravilloso ser mamás, tener en nuestro vientre 9 meses a un ser humano que ha crecido dentro de nuestro cuerpo, que ha formado parte de nosotras desde que fecundó el óvulo, tener en nuestras manos el privilegio de formar una vida, dar valores, enseñar a vivir, disfrutar, formar carácter, un estilo de vida, conciencia de lo conveniente y no tan conveniente en el camino que irá marcando la vida de ese ser humano para el que significamos todo en sus primeros años de vida.

Sin embargo, cuando somos también profesionistas recibimos muchas veces discriminación por las fuerzas competentes en nuestro ámbito de desarrollo profesional el típico "¿cómo le van a dar un mejor salario o un ascenso si no puede ni con su vida personal desde que tiene hijos?" y no tenemos que luchar sólo con el cansancio y agotamiento eterno que se tiene desde que nace nuestro primer hijo (porque jamás se vuelve a dormir igual), también tenemos que saber manejar la presión laboral y la discriminación en muchos aspectos de la sociedad que se tienen desde que la familia crece, por ejemplo: "se renta departamento, sin niños" o el incomodar personas que trabajan igual que nosotras mientras toman un café en un Starbucks o lugares similares para poder estar conectadas a internet y cargando la pila de la lap mientras trabajamos y cuidamos niños en días que no hay escuela.

Existimos mujeres que decidimos ser mamás, amantes, compañeras de vida, amigas, hijas, hermanas... todo al mismo tiempo de que llevamos una carrera profesional demandante, por el otro lado, existimos mujeres que para disfrutar de lo personal que la vida nos ha proporcionado preferimos renunciar a lo profesional y sólo vivir la maternidad, sin embargo, cuando ya probamos las  mieles de una vida profesional que nos distrae, relaja, hace sentir útiles, permite vivir retos, proyectos... y muchas cosas más, es difícil y frustrante en ciertos momentos de nuestra vida recordar esos ayeres y ver en nuestro presente que hemos dejado esa parte de nosotras.

Y con lo anterior no digo que no queramos estar donde estamos: Siendo mamás, nooooooo para nada, ese no es el punto, amamos tanto a nuestros pequeñines que vale la pena dejarlo todo por ellos si es necesario, pero eso no deja de lado nuestro sentir en ciertos momentos, por ejemplo: cuando quisiéramos comprar pañales de mejor marca, ropitas y juguetes más lindos o llevar a los niños a comer a un bonito lugar, a divertirse en un sitio padre o cuando simplemente no tenemos economía suficiente al menos para las cosas básicas, es en los momentos que pensamos: "si tan solo pudiera trabajar y ser mamá al mismo tiempo" pero si lo hacemos renunciamos a pasar más tiempo con los nenes, a ser una esposa, novia o amante, renunciamos a ir al salón a darnos  una manita de gato de vez en cuando sin pensar en las mil cosas que traemos pendientes, renunciamos a momentos personales en los que nos ejercitamos, relajamos y cuidamos de nuestro cuerpo y mente.

Ser mamá y profesionista se puede, no hay duda de eso, con una buena organización y apoyándonos de la mano de alguien de confianza (papás, hermanos, esposo, una persona linda que nos cuide a los niños), pero ¿que hay si no contamos con apoyo?, que hay si tenemos un hijo o hija especial que requiera más de nosotras, que requiera mayor dedicación y cuidados. ¿Estamos dispuestas a tenerlo todo?

Antes de pasar a un pensamiento al respecto que encontré en la red les dejo el siguiente párrafo:
No hay imposibles chicas, somos mujeres y somos guerreras, ¡claro que podemos con esto y mucho más! es difícil, ¡claro que lo es!, si fuera fácil todos lo harían ¿no creen?. Pero no es imposible y llegar a nuestros límites, arriesgarnos a todo aunque no tengamos ni idea cómo lo vamos a sobrellevar nos permite sentirnos satisfechas, plenas y contentas con nosotras mismas. Si tu corazón te dice quédate con tus hijos adelante, pero si tu corazón te dice que también te hace falta seguirte realizando como profesionista ademas de ser mamá ¡arriesgate! las soluciones se pondrán en tu camino para compaginar ambos roles, confía en tí y en tu capacidad como mujer, somos multitask y esa es una gran ventaja, contamos con las capacidades y cualidades adecuadas para llevar ambos roles, sólo falta que confíes en ti.

Imagina que eres una profesional altamente calificada, que tienes un trabajo que te apasiona, que ganas mucho dinero que te permite tener el nivel de vida que soñabas.

Imagina que sientes que eres respetada y valorada, que tienes independencia económica que repercute en que tus relaciones con el resto de adultos sean sanas y libres.


¿Lo imaginas?...
Ahora imagina que te conviertes en madre...
Imagina que tus expectativas son disfrutar de esas 16 semanas de baja y luego seguir con tu flamante carrera porque puedes permitirte pagar la mejor persona del mundo para que cuide a tu bebé mientras tú no estás.
Imagina que llega ese momento y sientes una mezcla entre alivio y tristeza. Alivio porque la maternidad te resulta más agotadora que tu trabajo de 10 horas entre tiburones empresariales y económicos, y tristeza porque en el fondo no quieres dejar a tu bebé con nadie.
Imagina que estás en tu despacho y sientes que eso no es lo que quieres hacer, decides renunciar a tu trabajo, a tu estatus, a tu independencia, por ejercer de madre del modo que tú libremente escoges.



Imagina que pasan los días y las semanas y los meses, quizás los años y te sientes feliz de hacerte presente en la crianza de tus hijos, feliz de saber que estás invirtiendo en algo que nadie más puede darles, feliz porque tu cabeza acostumbrada a analizarlo todo fría y objetivamente te dice que tú eres indispensable para tus hijos en esta etapa de su desarrollo.

Imagina que a pesar de eso, otra parte de ti se siente cansada, exhausta, molesta y susceptible porque tu parte emocional no se contenta con saber “los beneficios de criar a los hijos”.

Imagina que llevas años sin dormir seguido, sin mantener una conversación adulta sin interrupciones de “teta”, “pis”, “cargame”, “no quiero”, “quiero”….

Imagina que ahora tu economía no depende de ti, sino de tu pareja, o de tus padres, o de un sistema público y que te das cuenta que a tu alrededor nadie valora lo que haces, que se da por sentado que es tu obligación y punto.

Imagina que te gustaría que el padre de tus hijos se implicara en su crianza y lo que recibes al hablar del tema es un : “yo me paso el día trabajando para que tú puedas quedarte en casa a jugar a las muñecas”.

Imagina que te critican por anti feminista, por “floja”, por “señorona”, por “hippie”, por fundamentalista…. Te critican por una cosa y por la contraria, porque al parecer decidir ejercer de madres no está bien visto en ningún sector de los que antes frecuentabas: ni en los negocios, ni en la política, ni en la sociedad, ni en tu familia…

¿Lo imaginas?...

Ahora imagina que en ese caos emocional, físico, anímico y social, recibes una propuesta de trabajo, un headhunter ha visto tu perfil profesional y te ofrece un trabajo mucho mejor que el anterior que dejaste, al oír la cifra de lo que vas a cobrar no puedes evitar pensar que llevas meses vistiendo ropa comprada en grandes almacenes, comprando marcas blancas en el super, y que lo más parecido a cenar fuera es ir a un restaurante de comida rápida con los niños.
Imagina que sueñas con esa posibilidad de recuperar tu vida, tu autonomía, tu libertad, tu independencia, tu estatus, tu reconocimiento, tu “voz” que se ha diluido entre los llantos y demandas de los pequeños, lo piensas y decides que todavía no es el momento, que tus hijos son pequeños aún.

¿Puedes imaginar los sentimientos encontrados y el sentimiento de culpa que esto genera?
Culpa por desear decir que sí a esa oferta y por sentirte triste al decir que no; culpa porque este suceso te revuelve, te enfada y te frustra y lo has pagado pegando 4 gritos a tus hijos, lo que te hace creer que eres un fracaso de madre o un fraude a la crianza que quieres.
Culpa porque al fin y al cabo es lo único que hemos aprendido como mujeres: a sentirnos culpables de todo, por todo, y por todos.

Llevamos la carga más pesada de la sociedad, la que nadie reconoce, ni valora, ni remunera.

En época de campañas electorales nos frustra ver cómo nadie está interesado en nuestra situación. Hartas de ver que la única opción que se nos plantea es tener guarderías desde el nacimiento, o que el padre coja la mitad del permiso de maternidad.

Las madres estamos constantemente renunciando: TODAS. Unas renuncian a su vida y otras a sus hijos.

Algunas intentan compaginarlo todo y renuncian a tener tiempo para ellas, o a tener tiempo de intimidad con su pareja,o con sus amigas, o a invertir en su salud haciendo deporte… qué sé yo.

Lo cierto es que cualquier madre que conozcas lo es a costa de renunciar, por ello, la próxima vez que te encuentres con una madre por favor no la critiques, no le digas lo que tiene que hacer o cómo, no la ignores solo porque sabes que no va a poder ir a tu fiesta nocturna, invítala igual.  No caigas en obviedades y frases hechas, sencillamente, dile: “Eres muy valiente, lo estás haciendo muy bien y te admiro”

Nohemi Hervada Palou

PD: Dedicado a todas las mamás que han decidido vivir intensamente este largo, precioso y a veces duro y solitario viaje que es el de criar hijos.

2 comentarios:

  1. No nohemi. Te confundes. Poder dedicarte a cuidar a tus hijos es un privilegio. I tambien lo es el poder decidir. Lo verdaderamente admirable es tener que trabajar y cuidar y educar a tus hijos. Conozco muchas madres que lo hacen y se dejan la piel todos los dias. Esas son las admirables para mi. Porque si tu hijo no duerme por la noche durante el dia podras echar una cabezadita. Porque si tu hijo esta malito tu estaras ahi sin necesidad de buscar a alguien que te eche una manita y te lo cuide. Porque dejarlo todos los dias en la guarderia ya representa un estres añadido aunque esté bien tienes el movil todo el rato delante porsi... en fin, no te canso mas no sea cosa que solo de leerlo te estreses. Pero mi reconocimiento a todas las madres corage que todos los dias afrontan la vida de otra forma a la que tu planteas

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