Alguna vez les ha pasado que
recuerdan a ese amor de la infancia que te volvía loco con solo mirarle, aquel
chico o chica que admirabas incansablemente y a quien jamás confesaste lo mucho
que te gustaba, las ganas inmensas que tenías de formar parte de su vida, su
espacio y sus sueños...
Y al paso de los años cada uno
hace su vida por caminos diferentes, sin embargo, por casualidad se enteran de
cómo les ha ido, que tienen ya una familia, que han cambiado de trabajo, que los divorcios, las enfermedades y de cosas que describen su presente de manera general.
Pero ¿que pasaría si unos 20 años
después se cruzan sus caminos y finalmente logran coincidir?. Coincidir en
espacio, soledad, disposición, gustos, atracción, pasiones, intereses y ambos
se sorprendan de que siempre estuvieron ahí el uno para el otro y que por pena,
omisión de confesiones, opiniones de los padres, confusiones o lo que sea... no
se dieron la oportunidad en ningún momento de conocerse y ver lo perfecto que
encajan juntos.
¿Qué pasaría si la vida te da una
segunda oportunidad de retomar algo que formó parte importante de tu vida y que
lo dejaste pasar hace varios años por tu inmadurez y timidez de la
adolescencia?, ¿tomarías esa oportunidad o la dejarías pasar ante tus ojos por
las heridas y cicatrices que te han dejado las experiencias y años vividos?
Es curioso como el destino te
lleva por un camino inesperado, cómo llegan a tu espacio las personas que deben
estar y traen para ti en ese instante algo significativo que debes vivir,
negarnos a lo que se presenta es una forma absurda de negarte a vivir.
¡Vive, goza, disfruta, agradece y
hazte feliz, da felicidad a manos llenas, amor incondicional a quien se
encuentra a tu rededor, entrégate, besa y ama con locura! y si no funciona pues
no pasa nada, total de amor nadie se muere, ya vendrán más experiencias
placenteras y significativas. Libérate de estereotipos, tabúes y
prejuicios personales que no te permiten gozar a plenitud las nuevas experiencias
y oportunidades.
Les dejo esta carta que me
compartieron, muy emotiva y linda, escrita por ella. Trata de dos amantes que
se reencontraron después de varios años y finalmente se permitieron vivir el
instante, confesar su sentir guardado en años, se arriesgaron a dejarse
llevar por el momento:
"Hola, tiene poco tiempo que
nos reencontramos y ya me siento feliz a tu lado desde la primera vez que volví
a verte, esa sonrisa de encanto y esa manera en que sólo tú me has mirado me
derriten. Dudé mucho mostrarte que aún me fascinas porque ambos tenemos ya una
vida, aunque solitaria en cuestión de pareja, pero ya tenemos familias y
responsabilidades de adultos (trabajo, deberes, estudios...), sin embargo no
pude detenerme, algo dentro de mí me decía que no repitiera el mismo error de
hace años, esperar a que algo mágico pasara y tú adivinaras lo mucho que me
agradabas... esta vez me arriesgue, correspondí a tus sonrisas y conversaciones,
además te permití acercarte y acurrucarme con esa forma de ser tan singular que
tienes.
Tengo miedo de equivocarme,
aventurarme y apresurarme, he de confesarte, porque me haces sentir viva, como
si no hubiera pasado un sólo día desde que te miraba tocar la guitarra en tu
casa, desde que te admiraba haciendo cosas de grandes y tú solo me observabas
como una niña y ahora lo entiendo, en aquel momento esos años que tenemos de
diferencia, era una gran diferencia; yo solo era una niña mientras tú ya
estabas en una adolescencia deseosa de vivir y probar todo lo que te pusiera el
mundo delante de tus ojos, tus sueños y aspiraciones veían hacia adelante a un
futuro exitoso y lleno de emociones y no a ver a una niña enamorada con cara de
boba cada vez que se topaba contigo. En fin... adicional a esos recuerdos
hay tantos más que jamás terminaría de describirlos.
Hoy que nos dimos un espacio para
convivir confirmé lo que provocas en mí, un deseo impresionante de estar a tu
lado, me siento cómoda contigo porque puedo ser yo misma, simple y sofisticada
a la vez, pero me siento segura porque no me críticas, no me juzgas y mucho
menos me faltas al respeto. Me tratas
como una dama, eres caballeroso, me consientes, complaces y cuidas y créeme, esos
pequeños detalles son tan significativos que me llegan al alma, se quedan en mi
corazón. Y también hoy me doy cuenta que esos años de diferencia que
antes eran impedimento ahora son la razón por la que estoy aquí, enloquecedor
notar al hombre en que te has convertido.
Es tan fascinante escucharte
hablar de tus intereses, tu empleo, sueños, pasiones, que me provoca suspirar
mientras tu melodiosa voz y tus expresiones al hablar me acompañan. Y al mismo
tiempo es tan placentero ver que es recíproco, notar que tienes tanta
curiosidad de saber de mí, de escucharme y que en verdad pones atención. Tu
forma de ser un tanto reservada y tímida, pero al mismo tiempo arrebatada y
febril son características que jamás imaginé tuvieras y me sorprende y encanta
todo (bueno casi todo, tus enojos no tanto) lo que hay en tu persona que me
pregunto continuamente ¿cómo es posible que no estuvimos ahí, que nos dejamos
pasar de lado y perdernos de esto por
tantos años? Me siento resplandeciente, emocionada, contenta; alucinante es
convivir contigo.
No sé de qué otra manera expresar con
palabras esto tan intenso que me haces sentir, como ejemplo basta con recordar anoche
cuando nos despedimos, creo que sabes a que me refiero, generas en mi un
desenfreno impresionante, me haces vivir la locura de mis emociones tan
marcadas y deliciosas que fluyen al estar contigo. Y lo mejor del caso es que no me arrepiento
de nada, quiero más, más de esa calidez que sentí contigo, esos abrazos
y caricias arrebatadas, esas locuras juguetonas e inocentes
que de repente hacemos.
Gracias por estar ahí y gracias por compartir
conmigo tu espacio y tiempo, un placer reconocerte y estar contigo en este
segundo round de la vida.
Con cariño, siempre tuya."
No hay comentarios.:
Publicar un comentario