miércoles, 30 de septiembre de 2015

El segundo round de la vida

Alguna vez les ha pasado que recuerdan a ese amor de la infancia que te volvía loco con solo mirarle, aquel chico o chica que admirabas incansablemente y a quien jamás confesaste lo mucho que te gustaba, las ganas inmensas que tenías de formar parte de su vida, su espacio y sus sueños...
Y al paso de los años cada uno hace su vida por caminos diferentes, sin embargo, por casualidad se enteran de cómo les ha ido, que tienen ya una familia, que han cambiado de trabajo, que los divorcios, las enfermedades y de cosas que describen su presente de manera general.

Pero ¿que pasaría si unos 20 años después se cruzan sus caminos y finalmente logran coincidir?. Coincidir en espacio, soledad, disposición, gustos, atracción, pasiones, intereses y ambos se sorprendan de que siempre estuvieron ahí el uno para el otro y que por pena, omisión de confesiones, opiniones de los padres, confusiones o lo que sea... no se dieron la oportunidad en ningún momento de conocerse y ver lo perfecto que encajan juntos.

¿Qué pasaría si la vida te da una segunda oportunidad de retomar algo que formó parte importante de tu vida y que lo dejaste pasar hace varios años por tu inmadurez y timidez de la adolescencia?, ¿tomarías esa oportunidad o la dejarías pasar ante tus ojos por las heridas y cicatrices que te han dejado las experiencias y años vividos?

Es curioso como el destino te lleva por un camino inesperado, cómo llegan a tu espacio las personas que deben estar y traen para ti en ese instante algo significativo que debes vivir, negarnos a lo que se presenta es una forma absurda de negarte a vivir.  

¡Vive, goza, disfruta, agradece y hazte feliz, da felicidad a manos llenas, amor incondicional a quien se encuentra a tu rededor, entrégate, besa y ama con locura! y si no funciona pues no pasa nada, total de amor nadie se muere, ya vendrán más experiencias placenteras y significativas.  Libérate de estereotipos, tabúes y prejuicios personales que no te permiten gozar a plenitud las nuevas experiencias y oportunidades.

Les dejo esta carta que me compartieron, muy emotiva y linda, escrita por ella. Trata de dos amantes que se reencontraron después de varios años y finalmente se permitieron vivir el instante, confesar su sentir guardado en años, se arriesgaron a dejarse llevar por el momento:

"Hola, tiene poco tiempo que nos reencontramos y ya me siento feliz a tu lado desde la primera vez que volví a verte, esa sonrisa de encanto y esa manera en que sólo tú me has mirado me derriten. Dudé mucho mostrarte que aún me fascinas porque ambos tenemos ya una vida, aunque solitaria en cuestión de pareja, pero ya tenemos familias y responsabilidades de adultos (trabajo, deberes, estudios...), sin embargo no pude detenerme, algo dentro de mí me decía que no repitiera el mismo error de hace años, esperar a que algo mágico pasara y tú adivinaras lo mucho que me agradabas... esta vez me arriesgue, correspondí a tus sonrisas y conversaciones, además te permití acercarte y acurrucarme con esa forma de ser tan singular que tienes.  

Tengo miedo de equivocarme, aventurarme y apresurarme, he de confesarte, porque me haces sentir viva, como si no hubiera pasado un sólo día desde que te miraba tocar la guitarra en tu casa, desde que te admiraba haciendo cosas de grandes y tú solo me observabas como una niña y ahora lo entiendo, en aquel momento esos años que tenemos de diferencia, era una gran diferencia; yo solo era una niña mientras tú ya estabas en una adolescencia deseosa de vivir y probar todo lo que te pusiera el mundo delante de tus ojos, tus sueños y aspiraciones veían hacia adelante a un futuro exitoso y lleno de emociones y no a ver a una niña enamorada con cara de boba cada vez que se topaba contigo.  En fin... adicional a esos recuerdos hay tantos más que jamás terminaría de describirlos.

Hoy que nos dimos un espacio para convivir confirmé lo que provocas en mí, un deseo impresionante de estar a tu lado, me siento cómoda contigo porque puedo ser yo misma, simple y sofisticada a la vez, pero me siento segura porque no me críticas, no me juzgas y mucho menos me faltas al respeto.  Me tratas como una dama, eres caballeroso, me consientes, complaces y cuidas y créeme, esos pequeños detalles son tan significativos que me llegan al alma, se quedan en mi corazón.  Y también hoy me doy cuenta que esos años de diferencia que antes eran impedimento ahora son la razón por la que estoy aquí, enloquecedor notar al hombre en que te has convertido.

Es tan fascinante escucharte hablar de tus intereses, tu empleo, sueños, pasiones, que me provoca suspirar mientras tu melodiosa voz y tus expresiones al hablar me acompañan. Y al mismo tiempo es tan placentero ver que es recíproco, notar que tienes tanta curiosidad de saber de mí, de escucharme y que en verdad pones atención. Tu forma de ser un tanto reservada y tímida, pero al mismo tiempo arrebatada y febril son características que jamás imaginé tuvieras y me sorprende y encanta todo (bueno casi todo, tus enojos no tanto) lo que hay en tu persona que me pregunto continuamente ¿cómo es posible que no estuvimos ahí, que nos dejamos pasar de lado  y perdernos de esto por tantos años? Me siento resplandeciente, emocionada, contenta; alucinante es convivir contigo.

No sé de qué otra manera expresar con palabras esto tan intenso que me haces sentir, como ejemplo basta con recordar anoche cuando nos despedimos, creo que sabes a que me refiero, generas en mi un desenfreno impresionante, me haces vivir la locura de mis emociones tan marcadas y deliciosas que fluyen al estar contigo.  Y lo mejor del caso es que no me arrepiento de nada, quiero más, más de esa calidez que sentí contigo, esos abrazos y caricias arrebatadas, esas locuras juguetonas e inocentes que de repente hacemos.
Gracias por estar ahí y gracias por compartir conmigo tu espacio y tiempo, un placer reconocerte y estar contigo en este segundo round de la vida.

Con cariño, siempre tuya."



No hay comentarios.:

Publicar un comentario