domingo, 17 de abril de 2016

Te extraño

A pesar de tanto tiempo después de ti, confieso que te extraño...

Añoro a ese hombre que me miraba como si fuera la primera vez, extraño ser tu princesa y la dueña de tus noches pensándome de mil maneras a tú lado. Me hace falta ser tú Musa, la nena que te dibujaba una sonrisa cada vez que me observabas a lo lejos.  Extraño esa conexión que teníamos en la intimidad con una simple mirada que nos permitía reconocernos el alma e identificar el pensamiento más profundo. Si volviera a nacer, volvería a encontrarte y quererte, sólo cambiaría una cosa: disfrutar cada instante con mayor detalle.

No me arrepiento de nada, me encantó ser en algún momento de nuestras vidas tú mejor presente, adoraba cómo me seguías con esa mirada de lobo cada vez que pasaba a tú lado y debíamos disimular cordura y buen comportamiento, me fascina recordar cómo te sonsacaba para portarte mal, cómo nos buscábamos mutuamente para darnos momentos de felicidad y escaparnos un rato de la realidad.

Hablar contigo horas y horas sin sentir pasar el tiempo, soñar despierta en mil cosas y locuras que haríamos juntos y en especial disfrutar de instantes irrepetibles, de vivencias inigualables, jugar como niños, tener conversaciones intelectuales e intensas como nadie, escuchar música, reír, carcajear, hacer ejercicio juntos, tener momentos interminables llenos de pasión y aun así desear más y más de ti, de tus caricias, apapachos y besos.

He de confesar, aunque hiera el ego de algunos hombres, has sido mi mejor amante y no sólo refiriéndome a la intimidad, hay más cosas que te definen: el modo de tratarme, la manera de hablarme, las miradas y el respeto que siempre me tuviste.  La libertad, confianza y espacio que me dabas hacían que deseara permanecer contigo, seguridad y acciones que pocas veces refleja un hombre enamorado.  No hay hombre que compita contigo, mi mejor record de orgasmos, mi mayor satisfacción al verte gozar, quien me enseñó a seducir de una manera tan natural, sólo porque me inspirabas. Eres con quien más he reído y disfrutado mi sexualidad, me sentía libre y hermosa mientras me dejaba llevar por esos momentos que propiciabas al dejarme ser mujer. No hay una sola vez en que me inhibiera contigo, en todo momento fui mi mejor versión.

La música en mi interior mientras estuvimos juntos era diferente, mis días eran alegres, iluminados…  durante el tiempo que permanecimos como pareja inexplicablemente sacabas lo mejor de mí, era otra persona, más inteligente, me sentía con mucha energía, optimista, siempre sonriente, radiante, hermosa... en fin, me sentía la mujer más dichosa del mundo.

Sin embargo todo lo anterior terminó, llegó el día en que desperté y me di cuenta que ese juego de seducción podría seguir toda la vida mientras yo veía pasar mis días sin objetivos personales, sólo disfrutándote en tus tiempos libres y ¿dónde quedaba yo? mis sueños, anhelos y proyectos al lado de alguien que me acompañara en el viaje de la vida.  De algo estoy segura ahora, no quiero envejecer sola pero también quiero ser más que un instante en la vida de alguien.  Te extraño muchísimo, lo acepto, aún lloro algunas noches por tú ausencia, aún me entristece ver parejas que se miran con la intensidad y amor que nosotros lo hacíamos.  No he encontrado en nadie más algo igual o mejor que todo aquello que teníamos juntos. Y te consta que lo he intentado... coincidir contigo en esta vida fue un placer, aunque tarde fue que nos encontramos.

Ahora que te miro, no veo en ti lo que alguna vez logre provocarte, me has superado, lo sé y lo siento con tú trato, es incómodo reconocerlo.  Quizás me has olvidado y encontraste en alguien más lo que veías y tenías en mí. Es triste pensarlo de esa manera pero... no me demuestras lo contrario cuando hemos estado juntos y a solas.  Ya no me buscas más, ya no está ese lobo sediento acechándome en todo momento, ya no siento tú deseo y ansiedad por tenerme y retenerme.  En conclusión, tú Musa, tú princesa ya no soy yo.


Con el corazón destrozado y dispuesta a continuar mi camino, 
Siempre tuya, tú princesa y Musa.